25 septiembre 2006

que mal

Mi mamá aplicaba el método: “para que llores por algo”… La neta es que me parecía horrible, no sé si todavía me siga pareciendo tan feo porque ahora lo aplico yo, aunque sin agresión física. Y no sé qué es peor, si la agresión física o la verbal. Bueno, no creo haber agredido ni ofendido hace rato, pero si le dolió un poquito el corazón como que no se lo esperaba, no creía que iba a darle una mala noticia justo despuecito de que me contó que no se sentía muy bien de ánimos. Y yo no sé por qué lo hice, pero la verdad es que acostumbro. Por algo tenía en la pared una imagen que me recuerda a un dicho sabio, una carta de la lotería (la 50, para ser precisos), esa que siempre me recuerda el pie del que cojeo, la tengo muy presente.
Siempre me hago propósitos para ser mejor, entre otras cosas, claro que no es mi propósito número 1 para ser muy sincera, en fin. Y para alimentar mi fuerza de voluntad, mejor ya regreso a mis actividades laborales.

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