09 junio 2021

Reflexiones en el pueblo

Ayer ocurrieron algunos eventos que me ponen a pensar más de lo normal, creo. No sé exactamente por dónde empezar, pero tal vez sea mejor, al no ser yo muy buena para redactar, que lo haga cronológicamente.
Hace poco más de 3 años vivo en el campo con mi pequeña familia. Pasamos de vivir en una ciudad bastante grande a un pueblo pequeño. No ha sido tan fácil acostumbrarme a estar aquí, hay gente y cosas que extraño de la ciudad que me adoptó desde muy pequeña: familia, amigos, lugares, transporte y, aunque no se pueda creer naturaleza (sí: árboles, flores, pájaros, verdor).
Vivo muy cerca de Cholula y aunque vivo en el campo no es que esté lleno de árboles y flores. Hay campo y mucho espacio donde se cultiva. Vemos campos con maíz, brócoli, rábano, lechuga, cebollitas, coliflor, acelga (creo). Los campesinos trabajan muchísimo siempre, jornadas complicadas (al menos para uno que los ve, como yo, que me siento tan inútil y floja observando desde la ventana, haciendo lo poco que hago en comparación y a veces ganando más dinero por menos esfuerzo (creo que como la mayoría que no se chinga tanto como ellos).
Todo el rollo viene porque en la callecita donde vivo tenemos a los vecinos de enfrente con su montículo de abono (que ha de llamarse de alguna manera que desconozco). En ese montículo trabajan también bastante, es todo un arte, por decirlo de una forma. Es echarle capas y capas, los pájaros y gallinas de pronto lo exploran y por supuesto bastantes moscas, supongo que para hacer su función de esparcir bacterias o algo así.
Desde que nos cambiamos a esta casita creo que nos pareció, y a cada visitante que se aparece, desagradable la visita de las moscas. Son necias, latosas, parecen torpes, sucias, y además son muchas. Con el calor hay más, con la lluvia se atontan más, al abrir el coche se meten, van de paseo en el interior en el techo y/o algunas veces nos acompañan por fuera en el parabrisas, a donde vaya uno, y algunas se atreven a regresar con nosotros. La verdad es que no son agradables.
Con tanta mosca cerca, de las primeras cosas que hicimos al cambiarnos fue priorizar la colocación en casa de mosquiteros en todas las ventanas y en las puertas donde se podía, porque intentamos con remedios bastante ingenuos como los inciensos o aromas que supuestamente las repelen y nos dimos cuenta de que no servían más que para atontarlas más.
En fin, con el tiempo se acostumbra uno y termina por dominar un poco esta situación (a veces hay dentro de la casa entre 1 y 3 moscas que no duran demasiado. O las mata uno de nuestros gatos o las mato yo como mi abuela hacía: de un trapazo).
Y bueno, la cosa es que hoy me di cuenta que, otro de nuestros problemas ocasionales: las hormigas, se asomaba otra vez, seguramente porque ha llovido o porque, como dice una bruja que estimo mucho: es temporada de tener mucha paciencia. En fin, me preocupé de ver varias hormigas dentro del bote de basura, seguí su caminito y las barrí, salí con el recogedor a llevarlas a afuera y me extrañó no ver a las moscas paradas en la pared (en la pared, en la pared) ni en otra superficie. La neta me pareció muy extraño y otra vez: me preocupé. Y más extraño me pareció que las extrañé. Inmediatamente después de eso vi el suelo bastante poblado (si se puede decir así) de moscas muertas. Y sentí feo.
Creo que vivir aquí, hacer conciencia de varias cosas al apreciar la vida del campo y parte de la naturaleza me ha hecho adaptarme, investigar, perder miedos y fobias, entender, aceptar. Y con lo que pasó hoy, que no fue más que una “simple" fumigación (que no habían hecho, al menos desde que nos cambiamos a vivir aquí) me puse a pensar en si habrán matado también algunas abejas, si le habrán dado en la torre a algo importante en la cadena alimenticia. Digo, no sé si había muchas aves que se comían a las moscas, pero sí sé que las arañas las atrapan y se alimentan de ellas. Y pues tal vez exagero y es más saludable para la población de humanos reducir la de moscas, y en otra época de mi vida y en otras circunstancias yo misma habría tomado la decisión de exterminarlas a mi alrededor, pero hoy quiero inventarme o creerme esta historia que pensé: que la madre Naturaleza mandó esa tormenta fuerte que recién terminó para avisarnos que está enojada porque matamos a sus moscas.

17 diciembre 2020

¿Cómo despedirme de tí (Parte 1), 2020?

Días de frío y de pensar mucho en el por qué otra vez mi ánimo está como en una montaña rusa. Extraño tanto la tranquilidad y sentirme bien, con ánimos de hacer las cosas… Y es raro porque no son temporadas largas así conmigo, para eso mi cerebro tendría que estar al 100% y él no funciona así solito, necesita ayuda: si no chochos un empujón muy fuerte con la voluntad que no tengo y es un círculo o más bien un ocho parecido al infinito. Todo me distrae y lo más complicado y angustiante del asunto es que tengo idea de cómo salir de este bache (que por el momento no es tan profundo como los pozos en los que ya he caído, pero pinta un poco oscuro). El asunto es que tener idea de cómo hacer las cosas no significa que las vaya uno a hacer, está casi todo ahí puesto pero hay algo enorme y pesado que nos aplasta, que nos impide movernos. Es complicado vivir acechando a mis ganas de hacer las cosas, ellas se esconden en lo más profundo o lo más recóndito de éste mi mundo, y cuando asoman una parte de su cuerpecito tengo que aprovechar y hacer todo lo que pueda antes de que vuelvan a guardarse, que generalmente es por un largo rato. Hay tantas cosas que siento que no me ayudan… Pero a lo mejor todas ellas están ahí por algo, para invitarme a moverme más, a ser más tolerante o zen, a que aprenda a controlar mis emociones más negativas o no sé y tal vez no lo sepa ni después de difunta. El caso hoy fue que me puse triste, que tengo frío, me siento sola y también algo frustrada. Y sé que con este estado de ánimo ni las moscas se me acercarían. Por eso lo dejo acá y espero que se pierda en la internet en lugar de estarme visitando tan seguido. ¿Y pues despedirme del año 2020? no sé si merezca que le digamos adiós, he aprendido que ignorar es más pinche que decir adiós.

13 noviembre 2017

En realidad no quiero nada, de veras que no me hace falta nada material. Hoy vuelvo a darme cuenta de cómo pueden afectarme las reacciones ajenas llevándome de la alegría a la tristeza. Desde hace mucho tiempo sé lo importante que es para mi que los demás aprueben mi comportamiento o mis reacciones: "ser correcta o portarme bien"... Pendejadas que uno aprende desde que es pequeño y que es tan complicado desaprender. Y es que desaprender emociones ¿cómo se hace?
Con la terapia cognitivo conductual ahí la llevo pero falta ejercitar un poco eso de que no me afecte, que me caiga el veinte en el momento que el enfado o la desaprobación está en la otra persona y sus sentimientos no ocurren por mi "culpa". Las desventajas de ser tan sensible o tan débil emocional o tan imbécil emocional (por tratar de adivinar el antónimo de inteligente emocional) son muchas o quizás una sola: sentirte mierda por algo que otra persona dice de ti u opina de tus acciones. Entonces, bueno (o más bien malo), viene el nudo en la garganta que me deja medio muda, que ocurre también por sentirme entre frustrada, impotente, enojada, triste, desganada y basura. Pero al final termina por pasar, como todo, y vuelve la tranquilidad a mi, recupero mi alegría interna, mi paz y mi autoestima.

25 octubre 2017

Nos estamos viendo

Ya puedo sentirme tranquila o menos "conflictuada" que antes, y además me siento feliz: al menos hoy (pero creo que ya van varios días), y cuando no me siento feliz, dentro de mi y cada vez más grande aparecen la calma o la tranquilidad. Se que no estoy en el Paraíso y que hay mucho por hacer, y tengo esas ganas de que sucedan cosas. Creo que me siento feliz y motivada porque las cosas van a cambiar. No puedo asegurar que cambiarán drásticamente para bien pero con saber que habrá cosas distintas me basta. A veces siento tristeza, melancolía o nostalgia (sí, así de confuso el sentimiento) de mi vida en familia como era o como la concebía. Siento que desde que existen los teléfonos/dispositivos "inteligentes" nadie pela a nadie, nadie se interesa en realidad por lo que le ocurre al otro, o no lo expresa directamente, si acaso en un mensaje, o no se... Podría ser solo mi percepción y que la aislada sea yo (ups!), pero es lo que observo y lo que siento, algo así como soledad acompañada cuando la familia se reúne. Yo soy más de convivir, de jugar, reírme, escuchar música (sí, aunque no lo parezca). Me gusta disfrutar y reír. Se que la vida es seria y que hay cosas horribles y preocupantes, y que discutir y comparar nuestra opinión con las de los demás es sano e importante, pero hay niveles de hacerlo y me he dado cuenta que en la familia se usa el atacar, burlarse o negar la opinión del otro, sobre todo si es muy diferente a la de uno. Yo no me considero así, aunque puede que lo sea. Creo que tantos años de terapia, tanta curiosidad por entenderme y analizarme, por tratar de conocer por qué soy así, por qué me han pasado cosas como las que me han pasado me han dado seguridad, cierta libertad y paz. Y como a Duvalín: eso no lo cambio por nada... (Disculpas por el mal chiste. Jaja).

15 mayo 2015

25 septiembre 2013

8 meses después...

Si tuviera la certeza de que todavía me quieres como yo a ti, pondría en marcha un plan especial.

Sé que esto pone al descubierto lo que queda aún de esa parte que algunos califican como “dependencia”, pero la verdad me importa un pepino. Ahora me enfoco en la impresión que yo misma tengo de mi, y como estoy trabajando también en mi bienestar y en mi auto-dependencia, creo que ser sincera no es algo que me vaya a hacer daño, y si soy cauta, espero que a los otros tampoco.

28 enero 2013

Esta vez aunque era linda no la leyó, aunque no traía reclamos ni amarguras la dejó a un lado para leerla otro día con más calma, cuando tuviera tiempo… Y ella se puso tan triste que no volvió a escribir.

06 noviembre 2012

La más confusa de todas

En esa me he convertido yo. No me entiendo ni me soporto, así que los demás seguro menos. A veces me asusto (a veces?) y me preocupa mi salud mental o emocional.
Somos frágiles, unos más que otros, claro. En cualquier momento nuestro cerebro puede mandar señales de alerta o "equivocadas" que nos impulsan a reaccionar mal, a decir estupideces o incongruencias. Así somos, así ocurre y ahora, acostumbrados al undo, me frustra un poco no poderlo hacer en la vida cotidiana, no poder deshacer los errores, las torpezas. Sí, soy tonta por frustrarme, torpe cuando me equivoco. Soy humana, soy persona, soy torpe a veces (sí, muchas veces). Lo que más me molesta de estas situaciones es afectar a la otra persona, portarme egoísta sin darme cuenta. Porque cuando me porto egoísta y lo hago a propósito no suele remorderme la conciencia.
Y bueno, luego de flagelarme un poco, de arrepentirme otro tanto... Me perdonaré. Ya pasó y lo dejo atrás, en el pasado. Trataré de equivocarme menos en adelante, de pensar antes de actuar, de enfriar mi mente antes de reaccionar.

11 octubre 2012

M u d a

Como bien dicen, la realidad supera siempre a la ficción. Pero bueno, yo creo que la ficción está siempre basada en hechos reales, o puede escribirse después de interpretar creativamente lo que se vive.
Y eso no sé a que viene al caso, pero en fin...

Hace rato recordaba cosas un poco tristes.
Las relaciones de pareja se terminan por muchos motivos, pero el principal, a mi parecer, es que uno de los dos (o en el mejor de los casos: ambos) ya no quiere seguir con el otro. Y claro, es una cadena de razones…
Recordé que yo quería siempre decir o hacer y sentía como las manos atadas, porque, además me sentía de alguna forma muda, porque él no me escuchaba o no quería escucharme. Y en el fondo sé por qué pasaba eso, y sé que todo era un malentendido siempre, era que el otro interpretaba mal lo que el uno le decía o quería decirle… Y es el cuento de nunca acabar cuando la comunicación se entorpece o se fastidia.

Ahora me doy cuenta de muchas cosas, de las fallas que he tenido a lo largo de los años como pareja, como compañera. Y no me queda más que quedarme en silencio y reflexionar.
Creo que tantas cartas escritas me vaciaron un poco, y también se que era necesario escribirlas. Se que es necesario decir lo que se siente, pero a veces es mejor callar, o expresarse más para uno que decirlo al otro. Habría que expresar las cosas más “digeridas” o pensadas. Para no lastimar, para no confundir.
Ahora se que merecí que todas aquellas cartas que escribí triste o enojada nunca fueran leídas.

Muchas veces lo que decimos en silencio cuando estamos en pareja son las palabras que más se agradecen.

(mmmh... esa frase no quedó como quería decirla, pero ya está ahí "puesta")

02 octubre 2012

octubre - revoltura de ideas del martes 2

octubre combina con 2012, eso me parece... Es un mes entre anaranjado y frío, sólo en octubre esas dos cualidades se pueden unir con armonía. Octubre es un mes alegre, y es el mes del cumpleaños de mi abuelo Carlos. Es un mes con buena vibra. Ya me hacía falta el cambio de mes, en estos tiempos en que lo que necesito son cambios, casi de lo que sea.
Las 17:30 últimamente son las horas en que empiezo a pensar en el fin del día, aunque todavía le falte. Estoy en ese momento en que pido por favor salir de la oficina. A estas horas llevo ya aquí metida 8 horas, y de verdad, a ratos me falta sentirme un poco libre.
Hoy es 2 y no se olvida, y otra vez vuelvo a acordarme de lo que mi abuela nos dice cada año, que es el día del Ángel de la Guarda, y no me parece que tenga sentido porque en el 68 entonces dónde estaban todos esos ángeles guardianes, de fiesta?...
Eso me pregunto todos los años y sigo sin entender.
Bueno, y por otro lado, estoy un poco preocupada por mi salud, creo que voy a hacerme otra vez unos estudios de check-up, los básicos. Quiero saber ahora cómo estoy de niveles de glucosa y esas ondas, porque me temo que el estrés que yo sola me genero con la mente podría estar a punto de darme un susto, como que de pronto siento que ya me pasé. En fin, espero que todo sea sólo mental y no.
Bueno, ya me voy, que tengo otras cosas que curiosear.