14 enero 2007

horrible


Hoy me vi
me vi desde afuera
y me di lástima…
…o algo así


¡Chale!, suena horrible y es patético, pero no por eso deja de ser verdad. Me la paso haciendo propósitos: ahora si ya desde mañana, desde el lunes, o ahora que empieza el nuevo año ahora si… Pero no, no hago nada, bueno: me hago pato.
Y no sólo ya me cansé de no cumplir lo que me propongo porque me revientan las promesas que no se cumplen, sino porque me preocupó lo que vi. Estuve viendo unas fotos y aunque sé o me imagino que a la mayoría de las personas (sobre todo vanidosas, claro está) no nos gusta vernos en las fotos, estoy conciente de que me veo mal,
o como 15 años más grande de lo que imaginaba. Tengo sobrepeso, odié mi peinado y mi postura es nefasta: parezco o estoy jorobada.
Tal vez exagero. No, no exagero, así fue de horrible. Por lo tanto voy a comer bien y sobre todo a hacer ejercicio y a mejorar mi postura, a ver si un ortopedista checa mis pies y mi columna (digo, y yo también pondré de mi parte). Quiero ser mamá, además de tantas otras cosas que quiero hacer y ser, pero para eso tengo que estar muy bien, “clean”, muy saludable y linda por fuera y por dentro. Para aguantar lo que venga, con el sistema inmunológico lo mejor posible y mis sentimientos en paz, feliz. Estoy con la mejor disposición, pero también con un miedo algo fuertecillo: al cambio, al fracaso, a que las cosas no salgan bien, a sufrir. Y bueno, el miedo no nos lleva a ninguna parte y al mismo tiempo nos ayuda tantas veces… en fin, de todos modos el que no arriesga no gana y el que sufre por anticipado no llega a ningún lado (esa me salió sin querer queriendo). Y con un hueco en la panza, la boca seca y las manos frías frías sólo de escribir esto, me despido por hoy? Adiós, adiós, adiós.

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