a veces no se si lo disfruto porque incluye de todo revuelto. Hoy es ansiedad, ganas absurdas, inmaduras (si las ganas pueden ser asi) e idiotas de verlo y estar con él, y abrazarlo hasta casi desbaratarlo.
Pero no, después me ilumina ese rayito de luz, de conciencia... y vuelvo a centrarme, y me controlo. Obligo a mis sentimientos a controlarse. Bendito cerebro, bendita razón que nos acompaña a algunos seres humanos (si, porque la neta no a todos).
Y bueno, a lo mejor la estoy regando al balconearme aquí, pero al fin es un espacio al que no muchos tienen acceso, al que rara vez llegan personas y no muy cercanas a mi, asi que no corro peligro de ser señalada, de que se burlen de mi. Y al final, ¿ qué mas daría si eso pasara? qué triste sería si ellos no conocieran "esas cosas"... (cambiaría mi sentimiento de pena por el del otro tipo de pena)
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