11 octubre 2012

M u d a

Como bien dicen, la realidad supera siempre a la ficción. Pero bueno, yo creo que la ficción está siempre basada en hechos reales, o puede escribirse después de interpretar creativamente lo que se vive.
Y eso no sé a que viene al caso, pero en fin...

Hace rato recordaba cosas un poco tristes.
Las relaciones de pareja se terminan por muchos motivos, pero el principal, a mi parecer, es que uno de los dos (o en el mejor de los casos: ambos) ya no quiere seguir con el otro. Y claro, es una cadena de razones…
Recordé que yo quería siempre decir o hacer y sentía como las manos atadas, porque, además me sentía de alguna forma muda, porque él no me escuchaba o no quería escucharme. Y en el fondo sé por qué pasaba eso, y sé que todo era un malentendido siempre, era que el otro interpretaba mal lo que el uno le decía o quería decirle… Y es el cuento de nunca acabar cuando la comunicación se entorpece o se fastidia.

Ahora me doy cuenta de muchas cosas, de las fallas que he tenido a lo largo de los años como pareja, como compañera. Y no me queda más que quedarme en silencio y reflexionar.
Creo que tantas cartas escritas me vaciaron un poco, y también se que era necesario escribirlas. Se que es necesario decir lo que se siente, pero a veces es mejor callar, o expresarse más para uno que decirlo al otro. Habría que expresar las cosas más “digeridas” o pensadas. Para no lastimar, para no confundir.
Ahora se que merecí que todas aquellas cartas que escribí triste o enojada nunca fueran leídas.

Muchas veces lo que decimos en silencio cuando estamos en pareja son las palabras que más se agradecen.

(mmmh... esa frase no quedó como quería decirla, pero ya está ahí "puesta")

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