04 agosto 2011

semana tan extraña

Estoy hasta la madre de la ineptitud de las personas, y me incluyo. Me choca equivocarme, sobre todo en cosas tan básicas. En mi profesión cometo muchas veces el error de fijarme obsesivamente en la forma, dejando el contenido en manos de otros (en este caso los textos en manos del autor o del corrector de estilo). Siempre me digo: -que este caso me sirva de lección. Y no se bien qué pasa o por qué, pero vuelvo a caer. Se me han ocurrido cosas para evitarlo o para reducir el margen de error pero no llega el feliz día... Antes llegaré a la tumba soñando con la impresora tabloide.


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