30 mayo 2009

OTELO



... el jueves fui al teatro después de años, me invitó mi prima y estuvo excelente :)



Las funciones son de jueves* a sábado/19:00 hrs. y domingos/18:00 hrs.

Admisión general $140.00 con descuento del 50% a estudiantes, trabajadores de la UNAM, y a miembros del INAPAM, con credencial vigente.

*Los jueves la admisión es de $30.00

La temporada está por concluir (el 7 de junio)

Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario · Insurgentes Sur 3000

Otelo de William Shakespeare
Adaptación y traducción de Alfredo Michel
Dirección de Claudia Ríos




2 comentarios:

Marko dijo...

Hola Marso, pues no fuí a ver Otelo, pero si pasé a visitar tu espacio....

Me da gusto encontrate por la red, y que leas, leamos, se lean, los textos que salen por los dedos y se pronuncian silenciamente con la voz interna...

Miedos, como el del comentario, pero Libertad, como el del otro texto, son los que me van caminando el andar de la vereda para irla pisando... Gracias por compartir etapa, como sea y en donde sea, y dejarte sentir por lo que el otro siente...

Un abrazo, te sigo leyendo y visitando....

Marko.

Glow dijo...

...Luego hablaba de los caníbales, que se comen los unos a los otros (los antropófagos), y de los hombres que llevan su cabeza debajo del hombro. Desdémona parecía singularmente interesada por estas historias, pero las ocupaciones de la casa la obligaban sin cesar a levantarse; las despachaba siempre con la mayor diligencia posible, luego volvía y devoraba mis discursos con un oído ávido. Habiéndolo yo observado, elegí un día una hora oportuna y hallé fácilmente el medio de arrancarle del fondo de su corazón la súplica de hacerla por entero el relato de mis viajes, de que había oído algunos fragmentos, pero sin la debida atención. Accedí a ello, y frecuentemente le robé lágrimas, cuando hablaba de alguno de los dolorosos golpes que habían herido mi juventud. Acabada mi historia, me dio por mis trabajos un mundo de suspiros. Juró que era extraño, que en verdad era extraño hasta el exceso, que era lamentable, asombrosamente lamentable; hubiera deseado no oírlo, no obstante anhelar que el cielo le hiciera nacer de semejante hombre. Me dio las gracias y me dijo que si tenía un amigo que la amara me invitaba a contarle mi historia, y que ello bastaría para que se casase con él. Animado con esta insinuación, hablé. Me amó por los peligros que había corrido y yo la amé por la piedad que mostró por ellos. Ésta es la única brujería que he empleado. Aquí llega la dama; que sea testigo de ello.